Durante la edad infantil es frecuente encontrarnos con familias que se preguntan cuál es la causa de que su hijo pequeño no hable correctamente, refiriendo, en muchas de estas ocasiones, que no comprenden a sus hijos.
Para entender el origen de las posibles dificultades existentes es importante entender primero que el habla no es simplemente un acto motor, sino que implica la existencia de muchos otros procesos con objetivo de conseguir cierta organización y representación lingüística-cognitiva de los sonidos.
Cuando un niño presenta dificultades en su habla, afectando de manera directa a su inteligibilidad y dificultando la correcta comprensión por parte de sus cuidadores más cercanos, podemos encontrarnos ante un caso de Trastorno de los Sonidos de Habla (TSH), se define como una alteración en la en la producción articulatoria de los sonidos (fonética) y/o en el uso funcional de los segmentos contrastivos “fonemas” de un idioma (fonología) que afecta la inteligibilidad del habla en diferentes grados y pueden ser diagnosticadas en diferentes etapas de la vida (Susanibar, Dioses et. al., 2016).
Las causas del TSH son en gran medida idiopáticas, o lo que es lo mismo que no poseen una causa aparente que pueda explicar las dificultades existentes. Por otro lado, destacan como causas conocidas la existencia de alteraciones auditivas, neuromotoras o anatómicas.
Pero no todas las dificultades en el habla que presenten los niños pueden ser consideradas un Trastorno del Sonido del Habla, esto dependerá en gran medida de la cronología de adquisición de los fonemas del habla.
El desarrollo de adquisición fonético-fonológico ocurre en una serie de etapas acordes a una edad cronológica normotípica dando lugar a la existencia de 8 etapas diferentes desde los 2 a los 5 años. En el siguiente cuadro, siguiendo la clasificación de Susanibar, Dioses y Huamaní (2016) y de Laura Bosch (1983) se exponen las diferentes etapas y los fonemas que deben estar adquiridos según la edad del niño.
Cuando decimos que se encuentran adquiridos nos referimos no solo a la parte articulatoria del lenguaje, es decir si son capaces de producir o no dicho sonido, sino también a la capacidad de uso de los mismos en el lenguajes espontáneo, es decir, que sean capaces de emplear adecuadamente ese fonema en las palabras y frases que emplee en su vida cotidiana.
En el momento en el que nos encontremos ante la situación de que nuestro niño no tenga adquiridos los fonemas correspondientes a la edad cronológica que presente o no sea capaz de usarlos en el lenguaje espontáneo, afectando de manera directa la inteligibilidad de su habla, es necesario acudir a un logopeda.
El papel del logopeda en estos casos se basa en la evaluación del habla del niño, valorando las dificultades existentes para, posteriormente, asociarlas a la patología correspondiente, permitiéndonos así llegar a una síntesis diagnóstica. Tras esa síntesis nos encargamos de llevar a cabo una intervención individualizada en las dificultades concretas que presente cada niño. Además de la intervención con los niños, nuestro método de trabajo se basa también en conseguir, de forma coordinada y en equipo, trabajar con la familia, logrando así los mejores resultados posibles.