Una alimentación adecuada en las primeras etapas de la infancia es esencial para garantizar no sólo la nutrición sino un adecuado desarrollo motor, cognitivo y socio-emocional. Comer adecuadamente y además hacerlo de una manera agradable, sin forcejeos ni malestar, es una necesidad de todas las personas para lograr el bienestar.
Los problemas con la alimentación se pueden producir por diferentes motivos, como por ejemplo, por dificultades en el procesamiento sensorial, haciendo que los niños rechacen los alimentos por su textura, olor, sabor y/o color.
Algunas de las señales de alarma a las que debemos prestar atención son las siguientes:
- Evita alimentos que la mayoría de los niños de su edad disfrutan.
- Tiene una cantidad extremadamente limitada de alimentos que ingiere.
- Prefiere ciertos sabores: dulce, salado, ácido, picante, etc.
- Presenta el reflejo de náusea al alimentarse.
- No acepta ciertas texturas de los alimentos.
- No le gusta o solo acepta que la comida esté demasiado caliente o demasiado fría.
- Lleva con frecuencia objetos no comestibles a su boca o no hay ninguna exploración a nivel oral (juguetes, lápices, dedos, ropa)
Si has observado alguna de estas señales de alarma es necesario que contactes con un profesional.