IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS

IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS

La vida de la mayoría de las personas está marcada por la rutina: te despiertas, desayunas, vas a trabajar, comes, haces deporte, haces tareas o recados, cenas, ves la TV o el móvil, lees un libro y duermes. Ahora bien, imagínate que un día, sin ser vacaciones o festivos, te levantas por la mañana y a veces vas a trabajar y otras no (no sabes el motivo de cuándo vas y ni de cuándo no vas), a veces comes a las 13:00 y a veces a las 15:00, algunos días de la semana ves una película a las 17:00 de la tarde y te quedas toda la tarde mirando pantallas y otras te pasas la tarde en la calle haciendo diferentes cosas y otras trabajas, algunos días cenas a las 20:00, otros a las 21:00 y otros a las 22:00, y te vas a dormir según a diferentes horas según el día. Como adulto/a funcional, en ocasiones, cuesta pensar el tener una rutina así de “variada” o, en el caso de tenerla, seguramente acabaríamos la semana y los días agotadas y aturdidas. Y esto, teniendo en cuenta, que las adultas tenemos un desarrollo cerebral mucho más “completo” que los niños, con funciones cognitivas que nos permiten tener una mayor flexibilidad y adaptación a las circunstancias externas, además del aprendizaje fruto de la experiencia, lo cual en los niños se está desarrollando.  Por ello, es necesario crear los andamios adecuados para potenciar las funciones que les posibilitarán adaptarse, en mayor o menor medida, a distintas circunstancias más fácilmente, siendo la base de esto la rutina. Entonces, ¿por qué a veces cuesta tanto aceptar y asumir que los hijos/as también deben tener estas rutinas bien marcadas? ¿Por qué algunos padres y madres piensan que las rutinas no son beneficiosas para sus hijos? 

Empecemos por el principio, las rutinas no se han creado por capricho de unos padres cansados. Las rutinas forman parte del ser humano, prueba de ello es que el propio organismo posee un “reloj biológico” asociado a procesos internos y externos. Este “reloj” está constituído por miles de neuronas  que se encuentran específicamente en el Núcleo Supraquiasmático (NSQ) ubicado en el hipotálamo cerebral, el cual recibe información directa de nuestros ojos (recibiendo información de la luz externa a través de los ojos).  El NSQ establece conexiones neuronales con la glándula pineal junto con la que controla la  liberación de melatonina (hormona derivada de la serotonina) que afecta a la modulación de los patrones de sueño. La melatonina es liberada siguiendo patrones o ritmos determinados conocidos como ritmos circadianos, con altos niveles de melatonina durante la noche y niveles más bajos durante el día. Los ritmos circadianos son oscilaciones de las distintas variables biológicas que siguen un intervalo regular de tiempo en un ciclo de 24 horas. Es decir, estos ritmos, a grosso modo, modulan cambios físicos (temperatura corporal,nivel de alerta, nivel de energía…), emocionales y conductuales que se producen a lo largo del día en los seres humanos. Por tanto, estos ritmos contribuyen junto con la estimulación ambiental, a marcar rutinas diarias según nuestro nivel de funcionamiento endógeno a lo largo de las 24 horas. Es tal su efecto en nosotros que cuando estos ritmos se ven alterados por diferentes motivos (trabajos nocturnos, viajes a países con diferencia horaria…) se producen alteraciones en el organismo que pueden variar en gravedad, que afectan principalmente a las fases del sueño con todo lo que ello conlleva. 

Por tanto, se podría decir que nuestro organismo está biológicamente predispuesto para seguir rutinas diarias según patrones de regulación endógenos en interacción con variables ambientales (nivel de luz por ejemplo). 

A la hora de crear rutinas en los niños es importante:

  • Que las rutinas se adecuen a la edad de cada niño. 
  • Desarrollar rutinas de sueño que aseguren un ambiente relajado y libre de pantallas, al menos, una hora y media antes de dormir. Un horario estable de sueño durante la semana en la que el niño duerma entre 8 y 10 horas. 
  • Establecer rutinas de higiene personal diarias en las que se le vaya concediendo una mayor autonomía con el paso de los años. 
  • Una rutina externa nace de un hábito, se trata de ir creándolos hasta que formen parte del día a día, por tanto, requiere paciencia y mucha constancia diaria. 
  • Establece rutinas de alimentación y hazles partícipes de ello o por lo menos anticípales en el día. Crea un planning o un horario de menús semanal que ellos conozcan para anticiparse ante posibles “guerras” justo a la hora de comer. 
  • Proponte que su rutina sea también la tuya. Como madre o padre eres su mayor modelo, es importante que mientras realicen acciones pertenecientes a su rutina tú los supervises (especialmente cuando son menores de 10 años) o, si puedes, te unas a ellos. No hay mayor aprendizaje que el que se produce por imitación. De paso, se introducirán en la rutina pequeños momentos diarios a compartir. 
  • Si a tu hijo/a le cuesta comprender o establecer las rutinas diarias, crea con ella o él un panel en el que aparezcan de manera visual o escrita cada una de las rutinas del día según la hora a la que se realizan. 

Los principales beneficios de las rutinas en los niños son:

  • Aportan seguridad y confianza en el niño con respecto a lo que sabe y puede hacer solo y sobre lo que debe pedir ayuda.
  • Les permiten establecer una noción y gestión del tiempo, poco desarrollada durante la infancia marcada por un pensamiento concreto en el que no caben abstracciones como “en un rato” “dentro de un momento” . 
  • Fomenta la flexibilidad cognitiva pudiendo establecer cambios en las rutinas que así lo precisen, con la anticipación pertinente. Es mucho más sencillo adaptarse a un cambio sobre un ambiente estructurado frente a un ambiente  desorganizado. La flexibilidad ayuda a resolver problemas cotidianos y adaptarse a circunstancias desconocidas cuando surgen de mejor manera. Cuando el ambiente es estructurado será posible una mejor anticipación de lo que ocurrirá o no para su adecuada adaptación.
  • Ayudan a planificar el día y la semana con anterioridad, lo cual permite una mejor gestión del tiempo tanto en el adulto como en el niño, generando una adecuada adaptación a cada una de las situaciones planteadas. 
  • Fomentan la autonomía del niño/a. La rutina crea seguridad en el niño permitiéndole que se sienta confiado a la hora de realizar acciones con las que está muy habituado. Se puede fomentar la autonomía a través de las rutinas, ya que es preferible que los niños comiencen a desarrollarla a través de acciones ya conocidas para, poco a poco, al sentirse eficaces conseguir autonomía ante situaciones más novedosas 
  • Mejora la conducta del niño/a. La rutina significa anticipación, al tratarse de acciones que se realizan de manera constante y consistente diariamente durante los días de la semana. Por tanto, el niño/a conocerá lo que viene luego pudiendo ajustarse a esa situación de manera más regulada y sin dar lugar a “sorpresas” que puedan desembocar en rabietas o enfados desafiantes. Además, aunque estos se den, las rutinas son una forma más de marcar límites y normas consistentes y favorecerán a su cumplimiento. 
  • Contribuyen a  mantenernos emocionalmente estables. Saber “lo que va a pasar luego” evita que se creen situaciones de ansiedad anticipatoria por el desconocimiento, y que se puedan explicar con anterioridad cambios en las rutinas disminuyendo la ansiedad que éstos puedan generar. Los cambios también contribuyen a un ambiente estructurado si estos se anticipan adecuadamente. 

Guadarrama-Ortiz, Parménides, Ramírez-Aguilar, Ricardo, Madrid-Sánchez, Alejandro, Castillo-Rangel, Carlos, Carrasco-Alcántara, Diana, & Aguilar-Roblero, Raúl. (2014). Controladores del Tiempo y el Envejecimiento: Núcleo Supraquiasmático y Glándula Pineal. International Journal of Morphology, 32(2), 409-414. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-95022014000200004

BABY LED WEANING

BABY LED WEANING

El Baby Led Weaning se define como la alimentación complementaria dirigida por el bebé, es una manera de incorporar los sólidos en su alimentación sin pasar por la fase de purés y papillas, siendo el propio bebé quien se alimenta por sí mismo usando sus manos. El BLW se centra en una mejor autorregulación energética, ya que permite que se desarrolle la capacidad de ajustar las cantidades de comida que el bebé come, si ofrecemos exclusivamente triturados no hay control de hambre y saciedad.

El momento de empezar con este método de alimentación es a partir de los 6 meses, hasta ese momento la alimentación debe ser leche de forma exclusiva, y después, alimentación que complemente a la leche.

Para poder empezar con BLW el niño debe:

  • Tener coordinación ojo-mano-boca
  • Ser capaz de sentarse de forma autónoma (sin usar cojines ni sujetándolo)
  • Haber perdido el reflejo de extrusión
  • Tener interés por la alimentación (nos mira cuando comemos, mueve la boca cuando nos ve comer…)

Una vez que cumpla las premisas, podemos empezar a ofrecer comida a nuestro bebé, siempre con moderación y siguiendo sus señales de hambre y saciedad, y nunca sustituyendo las tomas de leche por comida.

En relación a las alergias, el retraso en la introducción de los alimentos potencialmente alergénicos no reduce la frecuencia de alergia. Combinar BLW y amamantar podría disminuir la presencia de una alergia. En cuanto al gluten, su introducción tardía no reduce el riesgo de enfermedad celíaca (estudio CELIPREV). Es importante introducir alimentos de baja alergenicidad a la vez y prestar atención a posibles síntomas en las primeras horas tras la ingesta.

Las principales condiciones que debemos seguir son introducir alimentos que nos hagan sentir seguros a nosotros, que los alimentos sean ricos en nutrientes y que tengan un formato adecuado. 

Las evidencias científicas sobre BLW nos dicen que la mayoría de las urgencias pediátricas relacionadas con obstrucciones totales o parciales de las vías respiratorias no ocurren con alimentos. La alimentación complementaria a demanda no supone más atragantamiento que una alimentación con purés o triturados. Un niño que se alimente mediante BLW estará más preparado para gestionar algún problema de atragantamiento ya que su musculatura y sensaciones están más desarrolladas.

Pautas de seguridad:

  • No dejarlos solos en ningún momento, si se produce algún episodio de ahogamiento no va a hacer ruido
  • No atarlo a la trona mientras no sepa salir, es más fácil intervenir si es necesario
  • No ofrecerle comida peligrosa
  • No distraerle con tablet, televisión…
  • No ofrecerle comida directamente en su boca, debe cogerla él
  • Revisar carrillos cuando termina de comer por si queda algún trozo
FRENILLO LINGUAL ALTERADO

FRENILLO LINGUAL ALTERADO

En relación a la terapia orofacial y miofuncional hoy os traemos información sobre los frenillos linguales. Actualmente es un tema del que escuchamos hablar cada día más. Existe más conocimiento sobre ellos y los profesionales de la salud han comenzado a darle la importancia que se merecen.

Desde el centro  queremos que, como padres y madres, o futuros padres y madres, conozcáis qué es, cómo puede afectar a vuestros peques y cuales son los signos de alerta a los que debemos prestar atención. 

El frenillo lingual se define como un pequeño pliegue de membrana mucosa que , de forma vertical, conecta la cara inferior de la lengua, desde el punto medio, con el piso de la boca. Es decir, nos referimos a esa telilla membranosa que generalmente todos podemos ubicar debajo de nuestra lengua y que no nos supone, aparentemente, ninguna dificultad.

Hablamos de dificultades cuando su tamaño o su anclaje no es el adecuado, denominándose así como frenillo lingual alterado el cuál puede ser, según Franklin Susanibar

  • Anteriorizado: cuándo el frenillo, por la cara inferior de la lengua, se encuentre anclado por encima de la mitad de esta, estando así el anclaje más cerca del ápice lingual.
  • Corto: cuándo, pese a encontrarse correctamente anclado en el punto medio de la cara inferior de la lengua es demasiado corto, siendo visible, normalmente, el anclaje en el piso de la boca. 
  • Corto y anteriorizado: cuando presenta una combinación entre las características de los dos anteriores. 
  • Anquiloglosia: cuándo la  lengua se encuentra totalmente fijada al piso de la boca. Se caracteriza por un frenillo anormalmente corto con un anclaje muy cercano o en el ápice lingual.

Con esta clasificación podemos afirmar que existen diferentes grados de compromiso de la movilidad y funcionalidad de la lengua, siendo más graves las consecuencias de una anquiloglosia que las de un frenillo anteriorizado. Esto también influye de manera directa en la detección de cada uno de ellos, es más fácil detectar de manera temprana una anquiloglosia y darle una solución que un frenillo anteriorizado. Generalmente, en el primer caso el niño suele recibir la correcta intervención, quirúrgica y logopédica,  justo en el momento de su nacimiento, ya que desde ese momento es fácilmente perceptible a ojos del evaluador. En el segundo caso no suele diagnosticarse hasta que se ve asociado a otras dificultades ya sean en el proceso de lactancia, en habla o en la deglución madura. De manera más concreta os exponemos en la siguiente infografía los signos de alarma a los que tenemos que estar atentos durante la infancia.

Signos de alerta durante la lactancia: 

  • Dolor en el pecho durante las tomas (pudiendo llegar a ocasionar grietas y posteriormente producir mastitis).
  • Tomas muy largas y con tiempos cortos entre ellas.
  • Una menor producción de leche a causa de la mala extracción que realiza el bebé.
  • Reflujo y cólicos por el mal sellado labial, lo que provoca que entre aire de manera excesiva durante las tomas.
  • Existencia de ruido al mamar en forma de chasquidos.
  • Atragantamientos frecuentes. 
  • Aparición de un callo en los labios del bebé. 
  • Retrognatia.
  • Mejillas hundidas.
  • El bebé se «enfada» con el pecho: lo estira, lo coge, lo suelta, lo muerde, protesta.
  • Aparición de temblores en la mandíbula debido al sobreesfuerzo de los músculos para succionar.

Signos de alerta durante la infancia: 

  • Predominio de la respiración oral. 
  • Maloclusiones dentales (mordida cruzada o abierta). 
  • Dificultades en la producción fonética de algunos sonidos (/n/, /l/, /rr/…) 
  • Dificultades en el correcto patrón de masticación y deglución. 
  • Mal control del bolo en boca.
  • Acumulación de saliva por mala gestión de la misma en boca.
  • Dificultades de autolimpieza del interior de la boca.

Allende, F. I., Ulloa, C. C., Jara, M. G., & Aguilera, M. P. (2022). Intervención logopédica posoperatoria del frenillo lingual en niños, adolescentes y adultos. Revisión integradora de literatura. Revista de Investigación en Logopedia, 12(1), 8.

Martinelli, R. (2013). Protocolo de evaluación del frenillo de la lengua con puntuación para bebés. Revista Médica Buenas Tareas.

Orte-González, E. M., Alba-Giménez, L., & Serrano-Alvar, B. (2017). La anquiloglosia y las dificultades que presenta en el amamantamiento. Matronas Profesión, 18(3), e50-e57.

LA IMPORTANCIA DE LA  FORMACIÓN EN PADRES Y MADRES

LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN EN PADRES Y MADRES

En muchas ocasiones nos encontramos en consulta con padres y madres que se encuentran perdidos ante un diagnóstico, conductas, situaciones, reacciones… a lo que nosotras estamos encantadas de explicar, ayudar y acompañar. Además de las sesiones necesarias con esos padres y esas madres, es importante la información y formación extra que se puede obtener a través de distintos recursos los cuales solemos recomendar habitualmente. Estos recursos se caracterizan por ser fácilmente accesibles, que una vez obtenidos se puede recurrir a ellos siempre que se quiera, sin demasiados tecnicismos o teorías (la justa y necesaria) y, sobre todo, prácticos y resolutivos para cada caso. 

No se trata de convertir a los padres y madres en grandes expertos sobre la materia, pero sí de ayudar a dotarlos de estrategias y herramientas a las que puedan acudir para actuar adecuadamente ante situaciones en las que nosotras no podemos. Para ello, en primer lugar, es importante conocer ciertas bases fundamentales (posibles etiología, bases cerebrales, procesos cognitivos implicados, desarrollo evolutivo, mecanismos de acción…) sobre los distintos diagnósticos o conductas objeto de consulta. Adquirir esta información hará que se comprendan mejor los patrones conductuales visibles en el niño/a y qué la reacción de los padres y madres comience a tornarse más adecuada. En segundo lugar, es interesante saber qué, a través de la formación e información, estos padres y madres se pueden sentir apoyados y respaldados al conocer casos similares a los suyos y diferentes aportaciones para abordarlos. Por último, ante un diagnóstico se hace fundamental, poco a poco, ir adquiriendo información fiable al respecto para tener una buena capacidad de tomar decisiones que corresponde a padres y madres. Sabemos que escribiendo una conducta, reacción o un trastorno en el buscador de internet pueden aparecer millones de respuestas al respecto, y no siempre tienen que estar todas mal documentadas, pero suelen causar un batiburrillo de ideas u opiniones nada beneficiosas a la hora de actuar, además de generar aún más confusión. Por ello, se hace indispensable acudir a fuentes explicadas o redactadas por profesionales sobre el tema que puedan aportar información y estrategias útiles y científicamente avaladas. 

Actualmente, existen múltiples recursos en diferentes formatos que hacen muy accesible y pragmática la formación de las madres y padres. Ojo, la información que se puede obtener a través de seguir a profesionales en redes sociales puede ser también útil y valiosa pero habitualmente incompleta por razones de espacio o tiempo. Un tiktok, post de instagram o facebook, un stories de instagram, no puede sustituir una formación estructurada y completa. La recomendación a la hora de escoger formación para madres y padres es: 

  • Libros cortos, bien estructurados y prácticos. No se trata de leer manuales de psicología, se trata de comprender y actuar. 
  • Páginas webs de profesionales de la salud: psicólogas, pediatras, logopedas, pedagogas (neuropsicólogo Álvaro Bilbao, Lucía mi pediatra, pedagoqué, autismonavarra, fundación cadah (TDAH), fundación ingada (TDAH)…)
  • Webinars. Recursos actuales, muy prácticos, cortos y visuales, en los que una profesional aporta teoría y, sobre todo, práctica acerca de una problemática muy concreta. Además, algunos tienen foros o rondas de preguntas para que se puedan resolver dudas. Con posibilidad de verlos en streaming o en diferido las veces que se quiera.
  • Cursos online en páginas de referencia (integratek, la fábrica de palabras…). Prácticos e ilustrativos sobre el tema.

Es importante siempre a la hora de escoger un curso, libro, webinar… fijarse en la profesional que lo imparte, que tenga la formación adecuada en la temática en cuestión (psicólogas, neuropsicólogas, logopedas, terapeutas ocupacionales, pediatras, neuropediatras, enfermeras, profesoras…).

El conocimiento siempre ha sido y será la herramienta fundamental para tener la certeza de que se está actuando de la mejor manera posible, de proponer mejoras y retos para uno mismo y para los/as niños/as a los que se acompaña en el difícil reto de educar y potenciar su desarrollo. 

Os dejamos una serie de recomendaciones de distintos recursos concretos a los que acudir para formarse ante distintas problemáticas.

MALOS HÁBITOS QUE AFECTAN A NIVEL OROFACIAL EN LA INFANCIA

MALOS HÁBITOS QUE AFECTAN A NIVEL OROFACIAL EN LA INFANCIA

Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, la terapia orofacial y miofuncional se define como el conjunto de estrategias, métodos y técnicas de evaluación y tratamientos preventivo-rehabilitador cuyo fin es evitar y/o corregir las alteraciones funcionales del sistema estomatognático que se han producido por parafunciones o trastornos de origen orgánico y neurológico.

En el post de hoy os explicaremos las parafunciones y cómo pueden afectar al sistema estomatognático, refiriéndose a este como el conjunto de estructuras orofaciales que integran al sistema nervioso, al sistema vascular y  a una serie de órganos, músculos, articulaciones y huesos que cumplen las funciones de respiración, de deglución, de articulación y la fonación.

Las parafunciones son la antítesis de las funciones. Son acciones que no presentan una utilidad real, se realizan de manera involuntaria y la persona que las realiza no es consciente de ellas en la mayoría de las ocasiones. No solo no tienen un uso específico sino que interfieren de manera negativa en el funcionamiento normotípico de sistemas  madurativos, óseos, musculares y funcionales provocando desequilibrios y dificultades en el ya mencionado, sistema estomatognático. 

  • Succión digital:

Es habitual que en el recién nacido se presente el hábito de chuparse el dedo, pero no debe alargarse más allá de los 3 años

Consecuencias: los efectos negativos que pueda producir dependerá de diferentes parámetros como la intensidad, la frecuencia, la duración, el patrón morfogenético, el número de dedos que se succionan y la posición que tengan dentro de la cavidad oral. De manera más específica podemos afirmar que pueden provocar alteraciones en la musculatura orofacial, en el correcto desarrollo dental, en la articulación y en la deglución. 

Características: suelen ser niños con una lengua hipotónica que se encuentra en posición baja, un sellado labial deficitario con dificultades para el control salivar, un desarrollo dental con tendencia de protrusión de incisivos superiores y retrusión de inferiores y paladar alto y ojival.

  • Succión labial: 

No tiene funcionalidad a ninguna edad. Es un hábito que se suele dar en lactantes (en los periodos que no están comiendo o con chupete), suele acompañarse de succión digital o interposición lingual. 

Consecuencias: suele afectar a los labios, la piel y la mucosa, presentándose éstas estructuras en muchas ocasiones irritadas. Las alteraciones suelen darse en la musculatura orofacial y en el desarrollo dental correcto, influyendo de manera directa en la deglución. 

Características: son niños que introducen su labio inferior entre los incisivos y los succionan. A nivel dental es habitual que presenten protrusión de los incisivos superiores. Por otro lado, la lengua se encontrará ejerciendo presión sobre los incisivos inferiores.

  • Succión lingual:

No es normotípico en ningún intervalo de edad. Se produce cuando una persona succiona la punta de la lengua contra el paladar o cuando realiza un movimiento de anteriorización (hacia adelante y hacia atrás repetidas veces) con el ápice de la lengua por el paladar como si estuviera succionando y moviendo un objeto. 

Consecuencias: desencadenará en un desajuste en las estructuras orofaciales que posibilitará el desarrollo de una deglución deficitaria. En gran medida dependerá de parámetros como la intensidad, la frecuencia o el rango de movimiento. No tendrá la misma consecuencia si la lengua no contacta con los incisivos superiores que si lo hace. 

Características: en este caso no se presentan características tan perceptibles como en los casos anteriores.

  • Mordisqueo:

No es normotípico en ningún intervalo de edad. Se define como el hábito continuado de morder pudiendo morder las mejillas, su propio labio inferior o cualquier objeto que se introduzca en boca (como cuando nos metemos el boli). 

Consecuencias: como en el caso anterior dependerá de diferentes parámetros que tienen que ver con la frecuencia e intensidad del hábito así como de la zona en la que se realicen los mordiscos. De forma general compromete el desarrollo dental correcto e interfiere de manera general  en la higiene oral.

Características: suelen ser niños que presentan protrusión de incisivos superiores, lingualización de los inferiores y una mala oclusión dental. 

  • Onicofagia:

No es normotípico en ningún intervalo de edad. Con este término nos referimos al comúnmente conocido “morderse las uñas”.

Consecuencias: provoca alteraciones en las funciones orofaciales, más concretamente podemos hablar de alteraciones dentarias que derivan en problemas en la higiene de todo el aparato estomatognático.  

Características: es habitual que sean niños con desvíos en las piezas dentarias y desgaste en muchos de sus dientes, entre otras características dentarias. 

  • Succión de chupete y biberón: 

El reflejo de succión es normotípico y necesario hasta que las estructuras orofaciales  se encuentren correctamente desarrolladas. 

En cuanto a la succión de chupete no debe iniciarse antes de los 15 días de vida. Los desajustes estomatognáticos por el uso del chupete o biberón no dependen tanto del uso en sí sino de la duración de ese uso. No debe alargarse más allá de los 2 años de edad con objetivo de evitar las posibles alteraciones que puedan llegar a surgir. 

Consecuencias: si se prolongan el uso es posible que nos encontremos con muchas dificultades a nivel orofacial así como el compromiso del correcto desarrollo dental. 

Características: son niños que carecen de tono en el orbicular de los labios, con un claro retrognatismo mandibular (su mandíbula se encuentra considerablemente retraída) y diferentes alteraciones de maloclusión.

  • Alimentación pastosa prolongada:

Conforme vamos creciendo nuestra alimentación va cambiando con nosotros, adecuándose a las capacidades que presentemos en cada momento. Cuando nacemos estamos listos para la lactancia materna o lactancia de fórmula, pero con el paso del tiempo vamos introduciendo otros alimentos que facilitarán el desarrollo de las diferentes estructuras y funciones orofaciales. En el momento en el se cumplan una serie de requisitos como son la coordinación ojo-mano-boca, el reflejo de extrusión y  la capacidad para mantenerse sentado solo, entre otros, es el momento de comenzar con la Alimentación Autorregulada por el Bebé (BLW) de la cuál os hablaremos de forma más específica y detallada en otro post más adelante. 

Consecuencias: no comenzar en ese momento sería un error que derivaría en no tener la estimulación oral necesaria para el desarrollo óptimo de la musculatura orofacial implicada en la masticación y deglución. 

Características: en este caso no se presentan características tan perceptibles como en los casos anteriores.

  • Respiración oral: Hace referencia al hábito de respirar por la boca, una persona que respira por la boca es más propensa a sufrir procesos infecciosos o inflamatorios. Cuando el hábito de respirar por la boca está asociado a otras alteraciones como alergias, adenoides hipertróficas, tabique nasal desviado etc. Es necesario acudir a un médico especialista. Las respiración oral puede producir las siguientes alteraciones: 
  •       Boca entreabierta
  •       Nariz pequeña y respingona 
  •       Labio superior corto
  •       Labio inferior corto y evertido 
  •       Mejillas flácidas
  •       Ojeras

  • Deglución disfuncional: La deglución es diferente durante los primeros años de vida, según maduramos vamos mejorando y cambiando; cuando el patrón deglutorio de la etapa infantil se alarga a lo largo de nuestra vida y no aparecen patrones más maduros y regulares hablamos de deglución disfuncional. La deglución disfuncional no se suele dar de forma aislada sino que forma parte de un cuadro clínico mayor en el que se encuentran implicadas otras funciones orofaciales y no solo la deglución.

Nuestros programas de intervención utilizan como base la Terapia Miofuncional,  incluyendo técnicas y ejercicios diferentes, atendiendo a dos características de nuestros niños/as. Nuestro objetivo final  será  equilibrar la musculatura orofacial, para ello es importante la coordinación entre profesionales, odontólogos, fisioterapeutas, otorrinos.. con el fin de lograr los mejores resultados posibles. 

Salvador Borrás, S., & Vincent Rossel, C. (2011). Guía para la reeducación de la deglución atípica y transtornos asociados. Valencia: NauLibres.

Pérez, M. B., Mogollón, P. J. C., & del Río, M. D. C. P. (2010). Guía técnica de intervención logopédica en terapia miofuncional. Síntesis.

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